domingo, 9 de agosto de 2009

La conexión norteamericana con el golpe de Honduras.

El general de brigada Romeo Vásquez Velásquez tenía el cargo de jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras. Con vistas a la consulta impulsada por Manuel Zelaya, se negó a repartir el material electoral, por lo que fue cesado el 25 de junio. Sólo tres días después, la madrugada del 28, Vásquez dirigía el golpe de estado que depuso a Zelaya. Para la tarde del mismo día veía ascender a Roberto Micheletti como presidente de facto. Hoy es el pilar que sostiene al régimen hondureño.

Vásquez Velásquez estudió dos veces, en 1976 y en 1984, en la “Escuela de las Américas” (School of the Americas, SOA), hoy “Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica”. Esa organización tiene su sede en Fort Benning, cerca de la ciudad de Columbus, en el estado de Georgia, EE.UU.

La SOA fue fundada en 1946 y pronto tuvo como misión preparar militares latinoamericanos para que éstos, en sus países de origen, combatieran los movimientos de izquierda, satanizados en aquel entonces como soviéticos. La SOA, en pocas palabras, formaba e inoculaba, en toda Latinoamérica, elementos contrarrevolucionarios proamericanos. Algunos de éstos son tristemente célebres por su participación en golpes de estado y en crímenes de lesa humanidad.

Entre sus graduados se puede destacar a Roberto d'Aubuisson, líder los Escuadrones de la Muerte en El Salvador, en las décadas de 1970s y 1980s. Durante la guerra civil salvadoreña murieron aproximadamente 75 mil personas. A los Escuadrones se les atribuye la mayoría de las muertes de civiles. Roberto d´Aubuisson fundó EN 1981 el partido de derecha ARENA recientemente derrotado por el FMLN en las elecciones que llevaron a Mauricio Funes a la presidencia. El Mayor d´Aubuisson murió en 1992.

Otro graduado de SOA famoso por sus crímenes es el chileno Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda, que durante cuatro años, entre 1973 y 1977, fue jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de Augusto Pinochet. Los agentes de DINA eran entrenados en SOA en tácticas contrainsurgentes, secuestro, tortura y asesinato.

Juan Manuel Contreras también participó en la creación de la llamada Operación Cóndor, plan coordinado por la CIA para la captura y eliminación de opositores a las dictaduras latinoamericanas vigentes en la década de 1970. Coordinadas por la CIA a través de Contreras, las fuerzas represivas dictatoriales de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay practicaron sistemáticamente el terrorismo de Estado. Se calcula que esta operación dejó como saldo 50 mil muertos, 30 mil desaparecidos y más de 400 mil encarcelados, muchos de ellos torturados.

Con la SOA como escuela, los militares latinoamericanos como alumnos y los regímenes dictatoriales como tentáculos, los EE.UU., con la CIA y el Pentágono, lograron apagar el fuego revolucionario de la segunda mitad del siglo XX, iniciado por la Revolución Cubana.

De esa vena viene el señor Romeo Vásquez. En la SOA nunca se enseñó democracia o legalidad, se enseñó a secuestrar, a espiar, a reprimir, a torturar, a interrogar, a asesinar y a destruir toda democracia y toda legalidad. Con la sangre y las lágrimas de miles de latinoamericanos se construyó la hegemonía unipolar norteamericana. Lo más triste es que fueron latinoamericanos los que reprimieron a latinoamericanos. Y es que la mayoría de las sociedades latinoamericanas aún son sociedades escindidas en clases, y esas clases están entrando en pugna, aún cuando esa pugna se esté dando por las vías de la república democrática burguesa.

Zelaya llegó al poder en 2006, por la vía de las urnas. Se fue acercando poco a poco al bloque progresista liderado por Hugo Chávez. Honduras se afilió a Petrocaribe y, más importante, a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) apenas en octubre de 2008. Eso no lo soportarían los sectores oligárquicos de Honduras.

La ALBA, propuesta de izquierda, antineoliberal, progresista y construida desde la condición latinoamericana, triunfó sobre el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), propuesta neoliberal, imperialista, propuesta desde y para Washington. A la primera la promueven Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. A la segunda la promovieron los EE.UU., Canadá y el México neoliberal de Vicente Fox. Fracasó el ALCA, y la ALBA se expandió. Eso no lo soportaron las corporaciones norteamericanas.

Habiendo fracasado el intento por integrar (colonizar) a los países latinoamericanos bajo la égida norteamericana, los sectores con mentalidad imperialista de EE.UU. desarrollaron un plan B.

Primero, se dedicaron a blindar su esfera de influencia conformada por los países que aún tienen gobiernos neoliberales. En el 2006 llegó, por medio de un fraude, Felipe Calderón a la presidencia en México. Álvaro Uribe es un aliado seguro del imperio en Colombia y lo secunda en el cono Sur Alan García de Perú. El segundo paso es impedir la expansión del bloque progresista. Zelaya fue derrocado, peligra Funes en el Salvador.

Sin embargo, el objetivo final es destruir los gobiernos progresistas. Ya fracasaron una vez en Venezuela. Lo intentaron desde dentro (la oligarquía controladora de los medios de producción aliada de un sector militar y apoyada por las televisoras) pero Hugo Chávez tiene el favor de las Fuerzas Armadas Venezolanas.

Las burguesías nacionales, las clases dominantes, pueden despojarse de elementos superestructurales como el sistema político (pueden dar pie a una dictadura) o la ideología (pueden renunciar a los ideales liberales) con tal de conservar su poder económico (el control de los medios de producción), todo si ven en serio peligro este último.

Los burgueses son, en esencia, capitalistas, y sólo accidentalmente liberales (en el sentido burgués) y demócratas (también en sentido burgués). Mucho menos son nacionalistas. Su discurso, defendido por intelectuales amaestrados, en defensa de los ideales liberales y en contra del socialismo, es sólo una cortina de humo: su cruzada contra el socialismo es en defensa de su propiedad privada, no se su “libertad de expresión”. Los únicos que se tragan ese discurso son los ingenuos pequeñoburgueses e, incluso, miembros de las clases oprimidas suficientemente adoctrinados.

Hoy se reúnen Guadalajara Stephen Harper, primer ministro de Canadá, Obama, presidente de EE.UU. y Calderón, presidente de facto de México. Son tres países del mismo bando. En el Sur, otro del grupo, Colombia, se apresta a llenar 7 bases militares de tropas norteamericanas.

Vivimos una contraofensiva reaccionaria.

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