domingo, 23 de agosto de 2009

Venezuela y México.

Recientemente se anunció, por parte del secretario de educación Alonso Lujambio, un recorte al presupuesto de las universidades públicas. La UNAM, por ejemplo, dejará de contar con 200 millones de pesos. En el mismo sentido, la SEP, globalmente, tendrá un recorte de 7 mil millones de pesos.

En un país como México, en el que, de 76 millones de habitantes mayores de 15 años, 6 millones son analfabetas, 10 millones no han concluido la primaria y 17 millones no cuentan con la secundaria terminada; en un país que destinó durante el año pasado menos de 1% del PIB al desarrollo de la ciencia y la tecnología (mientras, por ejemplo, Venezuela destinó 2.7 %); en un país que pierde 20 mil licenciados, maestros o doctores al año que emigran por falta de empleo; en un país donde el número de investigadores es diez veces menor al de los países miembros de la OCDE; en un país donde de 30 millones de alumnos del sistema educativo nacional sólo 800 mil en promedio llegarán a graduarse de licenciatura; en suma, en un país donde la educación, la ciencia y la tecnología están por los suelos, no sólo recortar sino no aumentar el presupuesto a esos sectores significa sumir en el subdesarrollo, la dependencia tecnológica, la explotación económica, la enajenación y la dominación política a los 107 millones de habitantes.

En el segundo trimestre de 2009, el PIB del país se contrajo 10.3%, la peor caída registrada. Se culpa a la crisis internacional, pero por ejemplo Venezuela registró, en el mismo período, una caída de sólo 2.4%, cuatro veces menor a la caída de México y con la cantidad de programas sociales de la República bolivariana funcionando. Si hablamos no de los indicadores sociales, sino sólo de los indicadores macroeconómicos,en el primer semestre de 2009, el PIB de México disminuyó 9%, el PIB de Venezuela en el mismo período, sólo el 1%. En 2008, el PIB mexicano creció 1.3%, el de Venezuela creció 4.8%. En 2007, tuvimos un aumento de 3.3%, en Venezuela se tuvo un aumento del PIB de 8.4%.

Pero la diferencia capital entre el México neoliberal y la Venezuela socialista no sólo es la mayor solidez macroeconómica del país sudamericano, sino también su mayor desarrollo social. En Venezuela han aumentado los presupuestos destinados a la ciencia, tecnología y educación. En México, como vemos, no sólo no han aumentado sino disminuido. La UNESCO declaró a Venezuela libre de analfabetismo, mientras en México se tienen 6 millones de analfabetas y 30 millones de personas que no terminaron la educación básica, todos mayores de 15 años. El salario mínimo en México está a la fecha en la zona A en $54.80, en la B $53.26, en la C $51.95. Tomemos el más alto, en dólares está en $4.26 al día, esto es casi 128 dólares al mes ($1642 mensuales). Bien, en Venezuela, el salario mínimo está en 879.4 bolívares fuertes al mes. Esto significa (con la paridad 1 dólar = 2.15 bolívares) 409 dólares mensuales (5254 pesos mexicanos mensuales). Para septiembre, el salario mínimo venezolano aumentará a 959.4 bolívares por mes, 446.23 dólares, $5729 pesos mexicanos. Es decir, con el mínimo, un trabajador venezolano ganará a partir de septiembre, casi 3.5 veces más que un trabajador mexicano.

¿No será mejor camino dejar de lado los paradigmas neoliberales anglosajones y sumarnos a los esfuerzos progresistas del Sur y al Socialismo del Siglo XXI? No se trata de un capricho ideológico, se trata de la verdadera democracia en la economía, en la política y en la cultura y, sobre todo, en el bienestar de la población.

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